Seguro que más de una vez habéis ido al médico con cita, por ejemplo, para las 10:30 y no habéis pasado a consulta hasta las 11:00 o más tarde. Durante esa media hora o más sólo piensas «con la de cosas que tengo que hacer», «tengo una cita a las 11:30, no me va a dar tiempo», «pufff y todavía hay dos personas que llegaron antes que yo»… Y esos pensamientos durante media hora o más ¿A qué te has indignado? Tu cliente seguramente piense exactamente lo mismo.
Trabaja con cita previa
Trabajar con cita previa te permitirá tener organizado el día y poder planificar todas las demás tareas que tienes que hacer. Es recomendable dejar algún hueco libre cada tres o cuatro citas, de este modo, si tardas más de lo previsto en alguna consulta no irás acumulando retraso entre cliente y cliente; y si te «sobra» tiempo, seguro que tienes alguna tarea que hacer: una llamada pendiente, algún cliente que ha decidido venir sin cita, un pedido que hacer…
Controla los tiempos
Es importante que controles y corrijas los tiempos estipulados. Hay muchos centros que aun teniendo cita previa siempre tienen la sala de espera llena de clientes desesperados mirando el reloj ¿Por qué? No, no es porque haya habido una urgencia, que puede pasar alguna vez. Es porque dan citas cada 15 min pero con cada cliente tardan 25 min. Así es inevitable que el tercer cliente tenga que esperar media hora, el sexto una hora y, al final, no puedas ir a comer o salgas dos horas después de tu hora de cierre. Controla cuánto tardas de media en cada consulta, en base siempre al motivo de la visita, y ajusta los horarios de las citas al tiempo que realmente empleas en las mismas.
Discúlpate si es necesario
A veces ni con la mejor planificación vas a evitar que algún cliente tenga que esperar más de lo debido, hay situaciones que son incontrolables: una urgencia, una cirugía que se ha complicado o una consulta que iba a ser para una simple vacuna y acaba con multitud de pruebas. En estos casos, pide disculpas al cliente por la demora y, si puedes, hazle algún descuento o un regalito por las molestias ocasionadas. No podrás evitar el malestar que ya ha tenido el cliente en la sala de espera, pero sí aplacarlo y que le reste importancia.
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Y tú, ¿sabes cuánto tiempo pasan tus clientes en el centro?